domingo, 9 de septiembre de 2007

Desastre Profundo


Desastre profundo


Ella dijo con una sonrisa y sus bellos ojos azules brillando:

Si no quisieras ayuda, no estarías aquí”.


Y yo sentí que tenía razón...

Salí de la consulta con una sensación rara.

Era tarde y yo seguía con insomnio, pese al clonazepán de 2 mg.


Entonces esas lágrimas del último tiempo

Eruptaron, otra vez, como un volcán enojado sobre mi cara...

Y vi todo claro...


No era mi deseo de mejorar, lo que me llevaba a ver a los especialistas.

No eran mis ganas de mejorarme,

Lo que me hacía tomar los remedios tal como estaban prescritos.

No era que yo quisiera salir del espacio negro sin asidero en el que me siento...

Era mi afán de hacer las cosas bien.


Mi concepto del “deber ser” arraigado en lo ultra profundo de mi formación.

Y la necesidad urgente de hacer lo indicado,

Para dejar de sentirme todo el tiempo, un desastre humano...


Foto y más antecedentes del medicamento, aquí.

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