Un té de preguntas, con dos de azúcar
Él me acompañó a Viña para ayudarme en la mudanza
Del departamento que ya no puedo pagar,
y vio mis píldoras.
No dijo nada, no dije nada.
Tras embalar muchas cosas, nos sentamos a tomar un té...
Él me preguntó qué me pasaba, señalando los remedios, y yo le dije: “estoy enferma”.
Él preguntó qué me dolía y yo le dije: “el alma”.
Él preguntó de nuevo: “¿Pero a qué le tiene tanto miedo?”.
Y entonces ese pánico a un futuro sin trabajo, sin amor, sin dinero, sin esperanzas...
Se hizo un llanto que parecía sacado de una tormenta marina.
Me paré avergonzada y ofrecí más té,
Mientras iba a la cocina con los ojos inundados...
Él no sabía qué hacer,
Y aceptó uno, con dos de azúcar.
Foto: Tomada por mí, en el lugar de los hechos, con mi cel, pero un tiempo después...
No hay comentarios:
Publicar un comentario