sábado, 27 de octubre de 2007

Fracasada





Hoy venía en la micro llorando

Tengo 34 y creo que soy la única de mi colegio que no tiene auto

Ni marido...


Ayer hablaba con el tipo que me ama sobre esto

(él no me lo dice, porque sabe que no es mutuo, pero le veo el alma , y sé que me ama).

Él decía que eso eran huevadas.


Yo me dejo querer, sin hacer nada.

A veces siento que soy una mala mujer,

porque a pesar que las cosas están sumamente claras...

Las acciones dan esperanzas...

Y yo me siento tan fracasada, que su amor me levanta...

¿Soy una desgraciada porque lo uso "de palanca"?


Fui a ver el departamente en el que supuestamente viviré.

Es una pieza de 2 x 3, en un edificio feo y antiguo, del centro... pero de mi padre.

He invertido, tiempo, maestros, y mucha master card, que no sé cómo pagaré.


En tuberías de cobres, terminales Hi, y demás léxico ferretero inefable para mí...


Y siempre hay "que la humedad", " que esto está oxidado", "que esto hay que hacerlo de nuevo"... y nunca se termina lo que hay que arreglar, y la cuenta aumenta, y el plazo se alarga... y se me agotan las ganas...

Pero ¿cómo lo voy a dejar a medio hacer?...

no sería rentable, no es justo para mi padre...


Y es una pieza-depto que ni siquiera me gusta,
que me consume mucho tiempo y dinero que no tengo ( todo es a crédito),

pero ahí sigo a penas... imaginando que es tener un lugar, al menos...

No tiene linda vista, y hay ruido,

pero queda a una cuadra del Bellas Artes...


Y mientras subo por Las Condes en la 411,

y paso por las casas que sé que jamás tendré,

casas como en las que yo viví,

me viene esta sensación de fracaso, de desesperanza...

Que hacen que no quiera ir al matrimonio de mi primo, y ver a toda esa gente exitosa...

No porque la envidie, sino porque me da vergüenza,

habiendo tenido las mismas opciones, ser quien soy ahora...


Ellos son todos algo más jóvenes que yo, lindos, casados, buenas casas, nanas

hijos bonitos, trabajos respetables y de de 6 ceros, hacia arriba.

Hasta mi hermana del medio, empresaria, casada, co-dueña de un departamento nuevo en un barrio de gente de clase "bien"... Y rubia, y alta y flaca...


Yo mido 1.62, tengo el pelo óscuro y las caderas anchas...
Ando con un jeens heredado de un amiga, hace como 7 años,
unas zapatillas que obtuve en un canje, para una beca, el 2002,
Una polera de oferta, de una galería barata de Viña, del 2004...


Rafáel de León en uno de sus poemas decía "Cuánto tienes, cuánto vales"...

Yo no tengo nada, "ni un mi abuelo que ganara una batalla", como decía otro León...

Vivo casi de lástima en la casa de mi padre, donde no pago nada...


Ni siquiera puedo amar (y he tratado), a quien me ama...

¿Se puede alguien sentir más fracasada?


Foto: La obtuve de google imagénes, y no da autoría...

Y lo sigo viendo




Lo veo en todos

Lo veo en quienes tienen el pelo crespo o largo

En quienes tienen un caminar pausado

Lo veo en quienes transitan sonriendo...

Lo veo todo el rato


Y todo el rato sé que él no me ve

Todo el rato sé que él nunca me va a volver a ver como alguna vez me vio

(Si me vio alguna vez como yo sentí que me vio).

Y yo creo que nunca lo voy a dejar de ver

En todos los hombres de la calle o el metro...

En el tipo que, aunque no lo reconozco en público, sí espero.

Le pongo su imagen, su voz y su carácter al tipo de mis sueños.


Hace más de 3 años que no hay nosotros, entre él y yo,

Y ese lapso fue breve como una primavera.

Han pasado tantas cosas desde entonces
( a mí más malas que buenas)...

Han pasado varios tipos en mi cuerpo,

Han pasado tantas mujeres en su alma (y en su cama por cierto).

Y yo, pese a todos mis intentos, a mis lágrimas y mis terapias...

No puedo dejar de verlo...

Y vez que camino por la ciudad, como hoy,

Cresta, en todos lados, lo sigo viendo...


Imagen: la saqué de google, busqué el autor/a pero no lo hallé... me pareció tan bello, que me gustaría saber quien lo hizo..

miércoles, 24 de octubre de 2007

País del hielo




El domingo, como muchos domingos en que hay sol, bajé al parque.
Ese día andaba en auto, y concerté cita con C.
C. andaba en bicicleta y con un mac chico en un bolso rayado, dentro de uno más grande.

Yo vi a C. con su polera de cuello bote mostrando sus hombros, sin maquillaje como yo,
Con su pelo castaño claro hasta el cuello, y el bolso gigante de cuero...

No dije nada. Pero soy incapaz de andar en bicileta, por estado físico.
Soy incapaz de acarrear un notebook por la calle, por pánico a que me lo roben.
Soy incapaz de andar con un cuello bote, porque aunque haga sol, yo siempre tengo frío.
La vi y me sentí... tan ajena... y envidié su capacidad de hacer todo eso...

C. y yo caminamos por el barrio Lastarria hablando de muchas cosas,
fuimos a un café de José Miguel de la Barra donde venden muebles disign...
C. y yo hablamos de lo difícil de la vida... y ella dijo:

"Yo ya no soy feliz con lo que hago, pero, como siempre, pesan las lucas. Pero tiro anzuelos... una postulación a una pega por aquí, otra cosa por allá, y así".

Yo le dije que yo también, aunque yo a eso le decía "esperanzas"... me inventaba esperanzas de una vida mejor... Por eso esto y aquéllo que había hecho (y ella sabía).
Pero que si no la encontraba, no quería vivir para pasarlo mal, para quejarme, para llorar y decir esto. Y le dije que me puse un límite... (de tiempo, se entiende).

C., argüía que si bien lo que yo sentía era válido, también las cosas podían cambiar, que el futuro era desconocido. Ahí le recordé mi diagnóstico: "desesperanza aprendida"....
Yo, como en "El coronel no tiene quien le escriba", llegó un minuto en que dejé de esperar (él dejó de esperar la carta, y mató a la gallina de las peleas, ese fue su límite... El mío es otro).

C. me miró y entonces me dijo:
" Una vez, cuando yo era chica, le pregunté a mi mamá dónde se iba la gente que se suicidaba, y ella respondió "al país del hielo". Se me quedó grabado.... "

Volví a mi casa en el auto que choqué, arreglado (por mi papá), que usa mi hermana chica, que estaba de viaje... Y pensé ¿el país del hielo será peor que el infierno?..

Me gustaría sentir ganas, energía, sentirme bonita y joven, capa, chora, etc. Adjetivos que me han dicho muchas veces... pero que no tienen un correlato citadino-laboral...
Y me vuelvo marginal otra vez...

Entonces, la desesperanza y las lágrimas vuelven, siento de nuevo que lo hicie todo mal...
Y el país del hielo se transforma en una alternativa,
que no parece ser tan terrible, como quedarse aquí...


Foto: Google imágenes, no encontré autoría.

Cansada




Estoy cansada de sentirme descartada
Estoy cansada de sentir envidia por los que pertenecen
Estoy cansada de tratar, y tratar de acceder a una tribu donde me acepten
Estoy cansada de haber nacido distinta y no saber relacionarme desde ahí,
No ver la eventual potencialidad, o verla pero no ver la viabilidad.
Estoy cansada... de decir y sentir que estoy muy cansada.


Foto: Google images, no encontré autoría.

miércoles, 17 de octubre de 2007

3 y 4


Hoy hace exactamente 3 meses que choqué,
por primera vez en la vida,
y me descoloqué
Y escribí "Accidente".

Y hoy también hace 4 meses que me echaron
por razones que no comparto.

Y por ello, el proyecto de vida que había creado en Viña,
se vio derrumbado.

Hoy me escribió mi sucesora, para pedirme una ayuda que le ofrecí,
pero justo en ese ítem, dije que no.

Hoy con ese mail se abrió mi herida otra vez,
y los remedios no pudieron ocultarla..

No pude continuar con la fachada de mejoría primaveral...

Hoy el 3 y el 4 son números que se me repiten en mis finanzas...

Hoy sigo sangrando lágrimas...

Círculos rotos


Mi hermana chica, después de casi 3 años en Europa,
vino de vacaciones a "mi" casa.

No he vivido con ella desde que yo tenía 17 y ella 12...
Ella se quedó en Vitacura con mi mamá...

Yo me fui a la Reina y luego a la montaña,
Con mi papá.

Los círculos se cortaron.
Ella siguió gozando de los roces sociales de mi mamá...

Yo, y luego mi otra hermana, nos quedamos solos.
Esos primos, con los que crecí, ahora son desconocidos para mí.
Casi como mi hermana...

A ellos los veo para algunos matrimonios,
a los cuales creo que me invitan, por protocolo...
No sé si ir, para decir otra vez,
que a los 34 no tengo marido, ni casa,
"Ni un mi abuelo que ganara una batalla", como dijo León Felipe.

No tengo cara para mirarlos a ellos,
sin sentirme ya su igual, y una rezagada...
En todo, en el amor, en lo laboral, y en lo material.

Pronto va a llegar mi hermana (salió), no está y no dice donde va...

Fui a la cocina y vi un té alemán...
No sé si es para ella o para convidar...
No sé cuándo me dice cosas en serio o en broma...
No sé qué le gusta o le disgusta, ni quienes son sus amigos...
No sé si ella sabe algo mío....

No sé cómo hizo para deshacerse de sus pertenencias antes de viajar
Ni con qué monedas se mueve ahora por acá.
No sé cómo paga sus estudios allá.

No sé casi nada de mi hermana...
Y parece que a ella,
no le importara nada...

Foto: de algún lugar de "google images"...

Sin dinero




Tengo deudas como nunca en mi vida
Mi papá perdió la alegría porque ya no tiene a qué hechar mano
El otro día me dijo que ya sabía cómo se iba a suicidar...
Yo también encontré mi propio metódo...

He gastado un dineral que no tengo en arreglar un departamento en el centro que no me gusta
Todo con master card, y obviamente pronto se me terminará el crédito.

Hice eso porque el dueño es mi padre, y así tendría opción de pagar poco o nada a veces, de arriendo...

No contaba con cañerías oxidadas, llaves de paso que no existen, y un maestro que no cumple y aletarga algo que debió estar listo hace meses...

Ya no sé si quiero seguir con ese tema... me tiene hastiada las miles de idas al home center y pagar con algo que no sé de adónde sacaré...

Por primera vez en mi vida una amiga mía me prestó dinero,
harto para mí,
y no sé ni cuándo ni como se lo voy a devolver...

El hoyo de no poder pagar me sume en los proyectos rotos, y
la comparación con otros de mi edad, es indigna....
Varios han comprado casas como esta, grande, buen barrio, con pisicna...
Yo ni siquiera a veces tengo un mango para cargar la multivía...

Vivo de apelar licencias médicas que me rechazan y
de la caridad de una doctora que se apiadó de mi causa...

Detesto ser en quién me convertí.... y no tengo dinero para solucionarlo....

Foto: de algún lugar de "google images"...

Vuelvo en cuerpo


Volví a mi pieza de los 20,
Volví sin nada, como siempre.
Volví triste y desesperanzada,
Más vieja y sin ganas de nada.

Volví porque no tenía dónde volver
Volví porque aquí hay un techo y comida que no pago
Volví porque no tengo condiciones anímicas de buscar trabajo.

No volví como versa la canción homónima, "a vivir en mi país"
Yo siento que no soy de aquí, que este país me ahoga, me ahorca, pero no me deja morir...

Tampoco vuelvo como la otra canción, que me gusta más, y que que dice:
"Vuelvo en alma y vuelvo en cuerpo".
No, yo sólo volví en cuerpo....
Mi alma, creo, que se colapsó de impotencia....

Mi cuerpo está más flaco, inapetente, sin poder dormir, y mi cabeza sin sueños.

Mi cuerpo me pesa, porque debo preocuparme de él.
Me rompí una muela, por no usar la placa antibruxismo.
Hace meses que no uso, como toda mi vida, seda dental...
porque me se cansa el brazo de pasarla diente por diente.
Y no tomo hora al dentista... porque es un tormento, programar el futuro.

El futuro.... Ya no lo veo, o al menos no veo uno que quiera tener...

Tengo unas cremas caras de limpieza de cara, y una de caracol...
Pero ya no veo la razón de ocuparme de mi piel.
No me he hecho el pap ni nada de esa índole...
Tampoco he ido al neurólogo que recomedó la doctora por los mareos y las jaquecas continuas...

Mi cuerpo es una preocupación que ya no quiero tener.

Foto: de algún lugar de "google images"...

martes, 18 de septiembre de 2007

Un lugar


Estábamos almorzando al lado de la chimenea,
frente al ventanal gigante que muestra el verde de la montaña,
escuchábamos a Chopin, mi papá y yo.

Volví a la casa de mis 20,
La que llamé mi casa muchos años,
Y que ahora me pesa tanto llamar así.

Agradezco poder tener donde volver,
Pero me gustaría tanto,
Tanto, tener un lugar donde posar mis pies.

Un lugar propio, donde no me hunda como en la arena,
un lugar caliente, donde no me inunden las mareas...
un lugar donde poder estar en libertad.

Foto: Mis pies en la arena de la playa "Caleta Abarca" de Viña, el domingo 19 de agosto de 2007, cerca de las 10 am. La foto la saqué yo con mi celular.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Accidente


Accidente

Todavía, cuando hago algún movimiento,

caen trozos minúsculos de vidrio al suelo,

desde mi cuerpo...


Me he bañado y he cambiado mi atuendo,

Pero desde el viernes, (hoy es lunes),

Cuando el motociclista se estrelló contra el vidrio del copiloto de mi auto

Y la ventana explotó en miles de pedazos.


Encima de los asientos de adelante,

Y sobre mi cartera, mi abrigo y mi bufanda,

Y también sobre mis brazos abrigados con dos sweaters de lana,

Y no sobre mi cara...


Desde entonces,

Que a veces, como ahora,

Por ejemplo, me levanto,

A hacer una taza de café, en pijama...

Y una astilla del tamaño de una uña de guagua

Se desliza por alguna parte de mi anatomía,

Y me recuerda al tipo, cuando se lo llevaron en camilla.


Él dijo que yo pasé con roja,

Yo no recuerdo nada.

Yo le preguntaba si estaba bien, y él se quejaba.

Yo lloraba y sentía que podía haberlo matado.

Él decía que no sentía una pierna y yo temía haberlo dejado lisiado.

La ambulancia no llegaba...


Él estaba enojado y llamaba a mucha gente por celular.

Yo estaba sola y la batería de mi teléfono estaba descargada.

Era un viernes cerca de las cinco veinte de la tarde,

Bilbao con Vespucio, muchos autos, mucha gente irritada con el taco.

Los carabineros tardaban, y nadie permitía que me moviera

Por fotos que no sé si se sacaron.


Llegó mucha gente a verlo, yo era la mala del relato.

Estaba sola y en un auto prestado.

Un amigo del lesionado me prestó su móvil y llamé a mi papá...


Le di mis coordenadas

Y algunas horas después nos juntamos en la comisaría indicada.

A mí me hicieron la alcoholemia en un lugar lejos y feo,

donde sólo estaba conmigo un carabinero...


Yo tenía mucho frío y mucha pena.

Alguien dijo a viva voz “quién viene a constatar lesiones” y el policía dijo “yo”.

Luego la misma persona dice en voz alta “pero esto es alcoholemia”...

Yo no bebo, pero la situación me llenó de tanta vergüenza...


Me sentía una delincuente y la enfermera del consultorio me hizo pasar....

Me dijo si había bebido y dije que no, que no lo hago,

Que sólo tomo algunos medicamentos y pregunté : “¿Eso afecta?”

Ella sonrió y dijo “para nada” y agregó:

¿Estás muy asustada, verdad?”.

No alcancé a responder, y ella me abrazó, y yo exploté en lágrimas...


Desde ahí llegué a la comisaría.

Estaba mi hermana chica, su marido y mi papá.

Al fin me sentí amparada...

Y fue una sensación tan anhelada,

Los abracé fuerte, fuerte....


Pasó el tiempo lento, y estaba helado...

Mi papá habló con el abogado,

y revisó la moto con mi cuñado.

No tenía abolladuras, pero era de noche y no sacamos fotos...

También mi papá llamó al mecánico y coordinó

para que al día siguiente él pudiera retirar el auto abollado.

(Imagino que él pagará esto...pese a que me compete a mí,

pero yo no tengo un mango..).


Mi hermana trataba de hablar con su amiga, esposa del fiscal que quizá me tocaría...

Llegó el reporte de lesiones y eran leves, me podía ir...

Pero había que pagar la grúa, mi papá pagó...

Y luego nos invitó a comer a todos

Y luego, a mí, me llevó donde mi amiga, donde me alojo....


Tengo 34 y ante un accidente, parezco una niña de veinte.

No tengo auto (ando en el de mi papá).

Y no tengo a nadie más cercano a quien llamar.

No puedo hacerme cargo de ningún daño, porque ya no tengo trabajo.

Y con el que tenía, a penas me alcanzaba para mis propios gastos...


Afortunadamente no hubo consecuencias graves,

Nadie murió ni quedó gravemente lesionado,

El auto tuvo varios problemas, y la moto aparentemente está bien...


¿Pero cómo se hace para seguir viviendo así?

¿Sabiendo que a los 34,

aún no soy capaz, ni siquiera, de hacerme cargo de mí?...


Foto: No sé autor/a, yo la obtuve de este blog

domingo, 9 de septiembre de 2007

Genes y dados


Genes y dados


Eran las cerca de las 4 de la tarde y no me había salido de mi cama

En varios días.


Comí sólo galletas con mermelada en ese tiempo

Y se me pudrieron unas verduras en el refrigerador.

Mi energía no alcanzaba para ir a la cocina, o para bañarme.

Revisé Internet y vi algo que quizá le interesaría

y la llamé por teléfono...


Ella tiene 6 años menos que yo

Tiene un marido

Pronto sacará una publicación en inglés e indexada

Y es dueña de un departamento en el Golf...

Yo no tengo nada.


Tras hablar de esto y aquello me dijo:

¿Has buscado otro trabajo?”.

Traté de calmarme y contestar tranquila,

Y dije lo más normal que pude: “Aún no estoy en condiciones”.


Silencio.


Pregunté:


¿Tú crees que lo único importante es que me paguen las licencias?

¿No crees que es importante que yo siga con el tratamiento?


Ella dijo: “La plata se necesita para pagar las cosas, y

No creo que una terapia a los 34 te cure de tus depresiones de hace 15 años...

Y quiero que entiendas que vivir de las licencias no durará mucho rato más,

Y que tienes que conseguirte un nuevo trabajo. Eso creo”.


Silencio.


No sé lo que dije, pero me despedí sintiendo que tenía tanta razón.

Colgué el teléfono.


Ella seguro siguió haciendo su tesis que tendrá un alcance científico considerable.

La imprimirá en la impresora láser a color que él le compró.

Ella es tan pragmática,

Y yo...yo soy... así...

Me alegré profundamente que ella no fuera como yo.


Lloré mucho rato,

¿Cómo se hace para dejar de ser uno y ser distinto, a los 34, en Chile,

cuando ya todos los dados están echados?....


Foto: y algo sobre física, aquí.

Un té de preguntas, con dos de azúcar



Un té de preguntas, con dos de azúcar


Él me acompañó a Viña para ayudarme en la mudanza

Del departamento que ya no puedo pagar,

y vio mis píldoras.


No dijo nada, no dije nada.

Tras embalar muchas cosas, nos sentamos a tomar un té...


Él me preguntó qué me pasaba, señalando los remedios, y yo le dije: “estoy enferma”.

Él preguntó qué me dolía y yo le dije: “el alma”.

Él preguntó de nuevo: “¿Pero a qué le tiene tanto miedo?”.


Y entonces ese pánico a un futuro sin trabajo, sin amor, sin dinero, sin esperanzas...

Se hizo un llanto que parecía sacado de una tormenta marina.


Me paré avergonzada y ofrecí más té,

Mientras iba a la cocina con los ojos inundados...


Él no sabía qué hacer,

Y aceptó uno, con dos de azúcar.


Foto: Tomada por mí, en el lugar de los hechos, con mi cel, pero un tiempo después...

Santiago en lágrimas



Santiago en lágrimas


Iba en Hernando de Aguirre llegando a Pocuro,

Paré en la luz roja y había un tipo que vendía flores....

Lo vi y me puse a llorar como la lluvia de verano...

De la nada y torrencialmente.


No sé cuántas cosas mezclé en la imagen del florista.

Si las flores que le di esa vez, o las que esperé,

en vano, que él me diera después.


Tal vez vi el amor que no tengo,

o la muerte real que anhelo...

El tipo de las flores no se paró en mi ventana.


Me saqué los anteojos empañados

y mi alma no podía respirar.


Pusieron luz verde y pasé casi de inmediato de la detención al movimiento

pasando de neutro a D (directa).

Mi alma seguía en pausa, pero pude acelerar el auto...


Era raro. Lloraba porque no tengo norte, ni lugar,

y al mismo tiempo podía manejar,

obedecer reglas y tener una ruta...


¿Dónde hay un manual eficaz e internacionalmente validado,

como la luz verde y la roja,

que explique cómo conducir adecuadamente la vida,

cuando se queda sin ganas?


Foto: de mi autoría, con mi cel, 18 de julio de 2007, provi con Holanda.

El Límite de la pena


El límite de la pena


Llevo tanto tiempo triste que perdí la cuenta.

Tengo cerca de 12 kilos menos.


Siento que no tengo un lugar en la sociedad y que no lo tendré.

Mis talentos parecen inútiles en lo laboral, y

Se acrecienta la brecha entre lo que puedo hacer

Y lo que los nuevos profesionales hacen mucho mejor que yo.


Todo aumenta la desolación y las no ganas.

Estoy ad-portas de ser desahuciada en los avisos de reclutamiento...


Esta sensación pesa,

Y me cuesta tanto cargarla.

Estoy tan cansada...


¿Se acaba? ¿Cuándo?¿Cómo se reconoce el término?

¿Hay un límite final de la pena?....


Foto: desconozco al autor/a, yo la obtuve de aquí.

Trámites


Trámites


Tras cuatro licencias médicas presentadas, me hicieron un peritaje.

Y me fue “bien”, el contralor consideró que yo no mentía,

que en verdad estaba enferma...


Entonces fui a la isapre en providencia a ver si había algún pago,

y si estaba el resultado de la apelación al COMPÍN.

Y hablé, otra vez, con el tipo amable de subsidios.

Tras ver el computador y darme la información,

Mientras yo, lentamente, me levantaba de la silla,

Él, muy atento, me pregunta: “¿Y cómo ha estado el ánimo?”...


Lo miré para contestar, pero se me hizo un hueco negro en el pecho...

“Bien”, respondí a penas con una sonrisa falsa y bajando la vista...

Él no agregó nada....


Luego, en el taxi, mientras iba por mi auto,

lloré... de nuevo....


Foto: Man Ray... uno de mis favoritos...

Desastre Profundo


Desastre profundo


Ella dijo con una sonrisa y sus bellos ojos azules brillando:

Si no quisieras ayuda, no estarías aquí”.


Y yo sentí que tenía razón...

Salí de la consulta con una sensación rara.

Era tarde y yo seguía con insomnio, pese al clonazepán de 2 mg.


Entonces esas lágrimas del último tiempo

Eruptaron, otra vez, como un volcán enojado sobre mi cara...

Y vi todo claro...


No era mi deseo de mejorar, lo que me llevaba a ver a los especialistas.

No eran mis ganas de mejorarme,

Lo que me hacía tomar los remedios tal como estaban prescritos.

No era que yo quisiera salir del espacio negro sin asidero en el que me siento...

Era mi afán de hacer las cosas bien.


Mi concepto del “deber ser” arraigado en lo ultra profundo de mi formación.

Y la necesidad urgente de hacer lo indicado,

Para dejar de sentirme todo el tiempo, un desastre humano...


Foto y más antecedentes del medicamento, aquí.

Música de mente


Música de mente


Escucho a Satie, un pianista que no conocía.

Es sólo piano, y es música de esa que en mi mente escucho, a veces,

cuando me duermo ...


Suave, melodiosa, melancólica,

de ausencia, desesperanza, pena,

pero sin angustia...


La angustia es un dolor negro que duele y suele no dejar dormir.

Creo que se apacigua con la revelación de la verdad de lo que viene

y un plan para abordarlo...


Yo no duermo seguido, pero ya no tengo angustia.


Ya no me interesa lo que es cierto, saber lo que viene o tener un plan.

Ya no me interesa nada. Ni siquiera que algo me interese.


Me gusta no tener angustia ni dolor negro en el pecho,

Y poder escuchar a Satie, cuando no duermo.


Foto y biografía de Erik Satie, ver aquí.

¿Efecto Gaugin o Alfonsina?


¿Efecto Gaugin o Alfonsina?


"¿Sabes lo que hizo Gaugin desde las no-ganas?", me dijo ella...

"No", respondí...

-Gaugin no quería mantener a su familia y por eso se escapó, se fue a la polinesia...

¿Y sabes lo que hizo allí?

-Pintó nativas y naturaleza...contesté.

-Hizo mucho más que eso, realizó cuadros increíbles...

Dijo, y los ojos se le iluminaron.


Mientras, mi mente recorría a la velocidad de la luz

Las formas, los, verdes, naranjas y cafés intensos,

De la hermosa obra de la época tahitiana del francés...


¿Ves?”, dijo ella entusiasmada... cosas bellas y asombrosas

pueden aparecer de las no-ganas....

Yo me quedé callada,

y pensé que sí, que podría ser, que quizá, que ojalá...


Pero...

Pero que yo era latina...

Y que mis no-ganas eran más...

más como las de Alfonsina...


Foto: P. Gauguin. "Manaò Tupapaú" (El espíritu de los muertos vela). Oleo sobre lienzo, 73 x 92.
/Uno de mis lienzos favoritos del francés./ Alfonsina Storni, gran poetisa, se suicidó en el mar...

El Lugar de los que pierden



El lugar de los que pierden...


Estábamos en msn.

Me contaba de su vida en Madrid, de su aumento de sueldo,

Y de que se iba de vacaciones...

Lo felicité y cuando me preguntó, le dije que la web cam estaba mala.

No quería que me viera así...


La conversación, pese a mis intentos de fuga, llegó al

“¿Y cómo estás tú?”. Traté de usar un “bien” de comodín,

Y zafarme de la sensación que me aqueja...

Volviendo a él como sujeto del diálogo.


No me resultó mucho rato,

Y finalmente se lo dije:

No me gusta mi vida... y no veo una alternativa seductora”.

Y entonces él me preguntó:

¿Pero tú qué quieres para tu vida?”...

Y un “nada”, verdadero y profundo, salió de mi alma.


Tras varias frases de aquí y de allá, llegamos a lo de siempre,

a lo usual, al “tienes que luchar”....


No recuerdo cómo terminó ese chat...

Seguramente dije que sí, a algo que no cumpliré,

para poder salir del tema.


Tal vez le dije la verdad,

Que estoy cansada del modelo de lucha.

Que no me interesa en absoluto vivir para sobrevivir.

Que pelear para eso no tiene ningún sentido para mí...

Que no veo contra qué se lucha, ni por qué tiene que ser así...

Esto de ganadores y perdedores no me va...

No sé jugar, me declaro vencida desde ya.


Yo no tengo hijos, no soy responsable de nadie más que yo...

y autoayudarme y autobancarme ya es demasiado trabajo,

No sé si quiero más de esto...

Creo que no....

Me rindo.


¿Dónde queda el lugar de los que pierden?...

¿Hay, por fin, un lugar en el que no me sienta descartada,

porque es, justamente el lugar de los rezagados, y se pueda “descansar en paz”?


Foto: Ver texto y foto aquí