domingo, 9 de septiembre de 2007

Genes y dados


Genes y dados


Eran las cerca de las 4 de la tarde y no me había salido de mi cama

En varios días.


Comí sólo galletas con mermelada en ese tiempo

Y se me pudrieron unas verduras en el refrigerador.

Mi energía no alcanzaba para ir a la cocina, o para bañarme.

Revisé Internet y vi algo que quizá le interesaría

y la llamé por teléfono...


Ella tiene 6 años menos que yo

Tiene un marido

Pronto sacará una publicación en inglés e indexada

Y es dueña de un departamento en el Golf...

Yo no tengo nada.


Tras hablar de esto y aquello me dijo:

¿Has buscado otro trabajo?”.

Traté de calmarme y contestar tranquila,

Y dije lo más normal que pude: “Aún no estoy en condiciones”.


Silencio.


Pregunté:


¿Tú crees que lo único importante es que me paguen las licencias?

¿No crees que es importante que yo siga con el tratamiento?


Ella dijo: “La plata se necesita para pagar las cosas, y

No creo que una terapia a los 34 te cure de tus depresiones de hace 15 años...

Y quiero que entiendas que vivir de las licencias no durará mucho rato más,

Y que tienes que conseguirte un nuevo trabajo. Eso creo”.


Silencio.


No sé lo que dije, pero me despedí sintiendo que tenía tanta razón.

Colgué el teléfono.


Ella seguro siguió haciendo su tesis que tendrá un alcance científico considerable.

La imprimirá en la impresora láser a color que él le compró.

Ella es tan pragmática,

Y yo...yo soy... así...

Me alegré profundamente que ella no fuera como yo.


Lloré mucho rato,

¿Cómo se hace para dejar de ser uno y ser distinto, a los 34, en Chile,

cuando ya todos los dados están echados?....


Foto: y algo sobre física, aquí.

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